Seguridad

Revista mi Barrio

Periódico barrial de Villa Real y Versalles, barrios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La Ciudad del Negocio: Tierras, Fondos excedentes y Sobreprecios

noviembre 2, 2020

Por Julián Besio – Proyectar Ciudad

 

En Caballito y La Paternal el Gobierno de la Ciudad quiere replicar el eje de su proyecto de Ciudad, avalando iniciativas que benefician especialmente a intereses económico-empresariales de los amigos del Ejecutivo. La historia de siempre. Clarín también recibió terrenos gracias a una concesión de Horacio Rodríguez Larreta, en esta oportunidad como en tantas otras, fueron las vecinas, los vecinos y las organizaciones quienes se movilizaron y lograron poner freno a la entrega.

Mientras tanto, el Congreso avanza con el Convenio de traspaso de parte de la Policía Federal al distrito porteño. El mecanismo es simple, lo que se giraba a través de la coparticipación ahora será otorgado por medio del Presupuesto de la Administración Financiera. Lo que no es simple es la puja entre Nación y Ciudad, el Jefe de Gobierno porteño se opone y además pone toda su energía en pelear en la Corte Suprema por la coparticipación, por su parte el Presidente Alberto Fernández tiene bajo la manga la posibilidad de exigir el dinero excedente transferido a la Ciudad durante la presidencia de Mauricio Macri.

 

Mientras la Ciudad recibió fondos multimillonarios, éstos no fueron utilizados en beneficio de la calidad de vida de los ciudadanos y las ciudadanas. El mecanismo que se reconoce es similar al de la compra de 5 millones de barbijos con sobreprecio, con la articulación de empresas amigas que se meten en nuevos negocios cuando surge la oportunidad. Lamentablemente, este escándalo de hace cuatro meses no tiene un solo funcionario indagado y es ignorado por la mayoría de la prensa.

 

Sin códigos urbanos para cuidar a las porteñas y los porteños

 

La política de venta masiva de tierras públicas es una de las características principales que definió al macrismo desde su asunción en la Ciudad en 2007. Casi trece años más tarde y en plena pandemia, nada ha cambiado. Sólo se ha aceitado. En mayo de este año se aprobó una normativa que habilitó un nuevo régimen virtual que otorga más poder al Ejecutivo para definir operaciones inmobiliarias.

 

En lo que va del año, Rodríguez Larreta propuso que el Estado se desprenda de por lo menos 50 los inmuebles de dominio a los fines de hacer negocios. Incluso se realizó una audiencia pública en la Legislatura por un proyecto de ley para vender inmuebles de las comunas 1, 3, 4, 7, 9, 12 y 14 que podrían destinarse a plazas, salas de atención médica, jardines maternales, clubes o espacios verdes públicos que frente a esta coyuntura serían más que valiosos para ciudadanas y ciudadanos que padecen el déficit de lugares de esparcimiento en contacto con la naturaleza y con menor nivel de riesgo en el contexto de pandemia actual.

 

Vale señalar que la problemática de tierras no sólo refiere al desprendimiento de bienes públicos, sino también a emprendimientos que actúan contra la voluntad de las vecinas y los vecinos o, incluso, contra la protección ambiental de distintos barrios de la Ciudad. Una de las mayores preocupaciones en estos días atañe a los barrios de Caballito y La Paternal, donde se avanza con la construcción de megaproyectos inmobiliarios. Más ladrillos. Más población en menos espacio.

 

Durante la cuarentena estricta, las vecinas y los vecinos de Caballito denunciaron que se iniciaron obras de excavación para construir complejos de viviendas multifamiliares con galerías y cocheras comerciales. Si bien el oficialismo decía que la obra estaba autorizada, en julio se presentó un amparo para pedir “la nulidad de todos los permisos de obra por el impacto negativo” del emprendimiento en la zona.

 

La fiscal de Cámara avaló el freno de la obra que el gobierno porteño había autorizado, por tal motivo vecinas, vecinos y organizaciones reclaman que se trate en la Legislatura. Además, esta obra también fue cuestionada por utilizar el viejo Código de Planeamiento Urbano en lugar del actual Código Urbanístico para habilitar la construcción.

 

En el mismo sentido, en La Paternal vecinos y vecinas denuncian un avance en el Parque La Isla, un megaproyecto inmobiliario de once torres de 17 pisos en el segundo pulmón verde de la Ciudad.

 

Los vecinos se reunieron con referentes del Frente de Todos y advirtieron que el proyecto además de atentar contra los espacios verdes, actuaría en detrimento de la identidad del barrio, provocaría la extinción de aves que utilizan el corredor biológico de la Facultad de Agronomía y el Cementerio de Chacarita para su reproducción, provocaría el colapso de tránsito vehicular y servicios públicos, e impedirían la dispersión de los gases emanados del crematorio del cementerio.

 

Si bien para el Gobierno porteño todo se trata de negocios, no todos funcionan. Por ello, la jueza María Soledad Larrea dispuso que no se lleve a cabo la concesión del estacionamiento que Rodríguez Larreta le había hecho al Grupo Clarín, hasta tanto Larreta no informe cuántos predios ya fueron cedidos al gran Grupo y en qué condiciones.

 

Los fondos para la Policía se debaten en el Congreso

 

En los últimos días, el Senado dictaminó y avanza hacia la media sanción del convenio de traspaso de parte de la Policía Federal al distrito porteño. El proyecto de ley fija en 24.500 millones de pesos el gasto anual para seguridad en la Ciudad, en aras de garantizar financieramente el convenio firmado entre el expresidente Mauricio Macri y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

 

Como explicamos hace pocas semanas, el conflicto entre el Gobierno Nacional y el Ejecutivo porteño se remite a enero del 2016, cuando se incrementaron por decreto los recursos enviados a la Ciudad de 1,40% a 3,75%, beneficiando al Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta con la excusa de hacer frente al cambio de jurisdicción de la policía federal. Sucede que la medida superó en más de 1% el costo equivalente del traspaso.

 

Por tal motivo, el Gobierno Nacional podría incluso exigirle que devuelva los $124.000 millones o al menos $80.000 millones para repartir entre las provincias. Se trata del costo excedente que nos hemos preguntado en qué se ha usado, creemos que de ningún modo redundó en un beneficio para porteñas o porteños, menos aún para su seguridad que sigue estando entre las principales preocupaciones ciudadanas en la Ciudad.

 

Todo indica que los recursos que recibió el Ejecutivo porteño se destinaron a gastos de consultoría o servicios de chat, compra de televisores, compra y mantenimiento de macetas en los barrios de mayor poder adquisitivo o incluso en la contratación de coaching astrológico para sus funcionarios.

 

Sin embargo, cuando repasamos las asignaturas pendientes y los reclamos de vecinas y vecinos vemos que no se abrieron nuevas escuelas, ni se fortaleció la salud pública (antes de la pandemia), no se crearon más y mejores puestos de trabajo y mucho menos se desarrollaron soluciones habitacionales que no implicaran especulación y negociados.  Mientras sigue esta puja, Larreta ya instruyó discursivamente a sus senadores -y a los representantes del Pro por la Provincia de Buenos Aires en la Cámara Alta-, que repitieron los mismos discursos e incluso hubo tensión y chicanas durante los debates en la comisión. A la vez, reunió a los referentes de Juntos por el Cambio con la firme decisión de recurrir a la Corte Suprema por la quita de fondos.

 

Negocios para los amigos, desprotección y represión para el personal de salud

 

En plena pandemia, el Poder Ejecutivo ordenó la compra de 5 millones de barbijos con sobreprecio, pero fue descubierto y denunciado por diversas organizaciones sociales. El mecanismo no sorprende, Rodríguez Larreta realizó la compra cuyo sobreprecio superaba los 200 millones de pesos a través de empresas intermediarias relacionadas con servicios informáticos y de computación.

 

Luego del escándalo de las compras dispuestas en las Resoluciones N° 87/20 y N° 114/20, el Gobierno dio marcha atrás en la operación e hizo una nueva contratación directa de barbijos al precio de referencia general.

 

Pasaron cuatro meses de aquel episodio, pero ningún funcionario porteño ha sido indagado por la Justicia que sólo se concentró en intentar recuperar el dinero y ordenar la detención de uno de los empresarios vinculados.

 

A la par de estos provechos empresariales articulados con el Gobierno porteño en plena pandemia, los profesionales de la salud han tenido que acudir a la Justicia para que el Jefe de Gobierno Rodríguez Larreta entregue elementos de protección en los hospitales, pues pese a estar en la primera línea de fuego han tenido que atender a los numerosos pacientes con barbijos de mala calidad. No es poca la paradoja.

 

La doble vara del Gobierno porteño siempre está presente, mientras se giran fondos extraordinarios a compras y licitaciones con sobreprecios, las enfermeras y los enfermeros son flexibilizados, desprotegidos e incluso reprimidos cuando levantan la voz en reclamo de sus derechos. Luego de la represión en la puerta de la legislatura, llamaron a hacer paro y movilización.

 

Más recursos no implicaron una Ciudad más justa

 

La especulación inmobiliaria ha sido el negocio del macrismo por excelencia. Son infinitos los ejemplos que hemos revisado de venta masiva de tierras, de enajenación de inmuebles valiosos para las porteñas y los porteños y de megaproyectos inmobiliarios que conllevan un alto riesgo ambiental, cultural e identitario para los distintos barrios.

 

Hubo cuatro años en los que el distrito más rico del país, también recibió fondos millonarios por parte de Nación y obras privilegiadas. La furia del resto del país es comprensible, pero queremos mostrar que los beneficios de Macri y Larreta, entre ellos y entre sus socios, lejos de redundar en mejoras para quienes habitan la Ciudad de Buenos Aires, sólo han perjudicado y empeorado la calidad de vida de las porteñas y los porteños. Se ve en el personal de salud, en la educación de niñas y niños, los docentes, los sectores más vulnerables y las brechas que año a año se profundizan. No siempre más, significa mejor.

 

 

 

 

 

 

 

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