El Monumento a San Martín vuelve a lucir en el barrio de Retiro
La reproducción de la obra de arte ya reluce nuevamente y estará protegida por medidas de seguridad especiales.
En medio del bosque de Palermo, vecino al Jardín Japonés, funciona un hospital muy especial. Sus «médicos» son artistas, sus pacientes, las «obras de arte» emplazadas en parques y plazas de Buenos Aires que sufren las «enfermedades» frecuentes que trae el paso del tiempo, y una que llena los corazones de tristeza e indignación: el vandalismo.
Al MOA (Monumentos y Obras de Arte), conocido como «El Hospital de las Estatuas», llegan algunas de las 2.200 piezas instaladas en la Ciudad que necesitan trabajos de conservación y restauración de distinta envergadura. Pueden ser estatuas, bustos, placas, o monolitos. Algunas se reparan en el mismo lugar en el que están emplazadas, otras se llevan mediante operativos especiales a Palermo para su reparación.
El paciente más importante que en los últimos meses necesitó especial atención es el Monumento a la Independencia, más conocido como el Monumento a San Martín, que luego de un arduo trabajo recibió el alta para volver a lucirse en la plaza que lleva el nombre del Padre la Patria, frente a la Cancillería, en el barrio de Retiro.
En los últimos años el Monumento sufrió varios actos de vandalismo. En lo que va de 2021 se produjo el robo de dos relieves de bronce ubicadas en la escalinata del basamento, que eran de gran valor patrimonial porque fueron realizadas por el escultor alemán Gustavo Eberlein en la primera década de 1900.
Estaban conformadas por un basamento de granito rojo dragón, decorado con varios grupos escultóricos y 7 relieves en bronce, imposibles de imitar. Entre 2019 y 2020 se detectó el robo de 16 piezas ornamentales y el relieve de la Batalla de Maipú. En 2016 se había producido el robo del sable y la vaina de granadero, la destrucción de la corona de laureles y se detectaron faltantes en las garras del águila.
De los 16 yelmos decorativos, que originalmente eran de bronce, se recuperaron cuatro y con esos originales se hicieron los moldes y se realizaron las nuevas piezas en cemento platinado. La última intervención fue en uno de los relieves más importantes del Monumento, con una corona de robles, también de bronce en su original, que fue reemplazada por una pieza igual, pero de cemento imitación bronce, como los yelmos. Los artistas usaron como guía imágenes de archivo para hacer modelos en plastilina y luego poner manos a la obra en la creación de cada pieza.
El titánico trabajo de los médicos-artistas cuenta ahora con una protección especial. El Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad instaló una reja de contención que se complementa con un anillo de seguridad digital con 5 cámaras. Para prevenir nuevos hechos vandálicos los 747,648 metros cuadrados que ocupa la obra estarán resguardados por 110 metros lineales de rejas sostenidas por seis columnas de hierro reforzado.
El detalle de la obra
Se realizaron las siguientes tareas para mejorar la iluminación del Monumento y de su entorno:
- Reemplazo de los proyectores existentes que iluminan el monumento actualmente por proyectores con mayor potencia y con protección antivandálica.
- Colocación de luminarias led en 7 columnas existentes en la Plaza Anexa en reemplazo de los proyectores.
- Repotenciación de todas las Canopias en anexo de Plaza San Martín y entorno monumento.
- Instalación de 4 columnas con pescante doble de 8m de altura con 8 luminarias y 3 proyectores iluminando el monumento, sobre la ampliación de la explanada en la calle Maipú.
- Instalación de 4 columnas y 18 proyectores para la iluminación de la fachada del Palacio San Martin.
La historia del Monumento
El conjunto formado por el Libertador sobre el caballo y su entorno fue el primer monumento ecuestre de la Argentina. La primera parte se inauguró en 1862, y la segunda en la década de 1910. La estatua ecuestre.
En 1859 la entonces Municipalidad de Buenos Aires le encomendó su realización al escultor francés Louis-Joseph Daumas. El artista había sido contratado por las autoridades de Santiago de Chile para realizar un monumento ecuestre conmemorativo al Libertador y el gobierno argentino consideró que también debía realizar un homenaje al héroe de la independencia americana, se decidió emplazarlo en el barrio del Retiro, y se le encargó al artista una réplica de la estatua destinada a Chile.
Como en Buenos Aires no hay movimientos sísmicos de importancia, la estatua tuvo una modificación respecto de la versión chilena: la cola del caballo no se apoyaba en el plinto. Además en la estatua argentina San Martín fue representado indicando el camino a sus soldados, tal como lo había representado Théodore Gericault en un retrato litográfico de 1819.
La estatua ecuestre llegó a Buenos Aires desarmada el 13 de abril de 1862 y se la inauguró, originalmente sobre un basamento de mármol blanco y mirando al este, el 13 de julio de ese año, varios meses antes que la chilena, que fue terminada en 1860, pero recién se inauguró el 5 de abril de 1863.
El basamento, los relieves y las alegorías
En 1909, a un año de la celebración del centenario de la Revolución de Mayo, se le encomendó al alemán Gustavo Eberlein, quien se encontraba en Buenos Aires participando del concurso para la instalación de un Monumento a la Independencia, que embelleciera el austero basamento de la estatua y que en la misma plaza San Martín erigiera un monumento a los Ejércitos de la Independencia.
La inauguración oficial del conjunto realizado por Eberlein fue el 27 de mayo de 1910. Se aprovechó entonces para darle la actual orientación, con la estatua mirando al norte.
La base realizada por Eberlein, escultor romántico, es de granito rojo dragón pulido. En los distintos frentes se observan los siguientes grupos de bronce:
- La Partida: se trata de un soldado y un civil que junto a ellos y en el suelo tienen una bandera y un parche roto de tambor.
- La Batalla: un soldado caído, otro sosteniendo fuertemente la bandera, y una cureña del cañón rota.
- La Victoria: una alegoría femenina, con alas, que se encuentra coronando a un soldado. A los pies del soldado hay una canasta con frutos representando la abundancia.
- El Regreso: un soldado abraza a una mujer. Junto a sus pies se observa una corona de laurel. En el frente del fuste y debajo de la figura ecuestre se destaca el Dios Marte sosteniendo con su pierna izquierda al Cóndor, representando «La Victoria».
Luis Alberto Serres
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