LA PLAZA CIUDAD DE BANFF EN VERSALLES 2° Parte
San Martín en la Ciudad de Banff
San Marín, después de su exitosa campaña libertadora en Perú, se va a vivir a su chacra de Barriales en Mendoza. A comienzos de 1824, decide viajar a Londres junto con su hija Mercedes que estaba al cuidado de su suegra, Tomasa de la Quintana de Escalada. Tiene dificultades para conseguir los pasaportes. Al final Rivadavia se los concede. Parte del puerto de Buenos Aires el 21 de febrero de ese año en el navío francés, Le Bayonnais. Después de superar los inconvenientes sufridos en el puerto francés de El Havre, llega a Southhampton. Se dirige a Londres y se ocupa de la educación de su hija inscribiéndola en el Hampstead Collage. San Martín se instala en un departamento en 23 Park Street, frente al Regent Park. Una placa lo recuerda: “Soldado y hombre de estado argentino”.
En agosto viaja a Banff invitado por su amigo James Duff, ahora Cuarto Conde de Fife. Compra su billete para recorrer 550 millas hasta Aberdeen y de allí 45 millas más hasta Banff. Parte el lunes 9 de agosto, en un convoy de carruajes, debiendo pernoctar durante el viaje en algún hotel. Llega el viernes a Banff y se aloja en la Duff –House. Su habitación está en el primer piso. El Conde Fife sabía de su llegada pero no el día precisamente; estaba de cacería en Balmoral, regresa el domingo, antes de lo previsto Los amigos se encuentran, conversan amistosamente, recuerdan los momentos pasados en Cádiz. Después invitará a su amigo a trasladarse a Town House, sede del municipio de Banff, donde autoridades y ciudadanos ilustres participarán de un hecho inusual. Frente a esos miembros notables, se le otorgará al “Ilustrísimo y Nobilísimo varón D. José de San Martín un diploma por el que se lo designa ciudadano libre de la Ciudad de Banff y cofrade del guild de dicho Burgo. Importante distinción recibida en un lugar tan lejano, reconocimiento que no recibió en su patria:
“En Banff, a 19 días del mes de agosto de 1824, en presencia de los honorables varones George Garden Robinson, Armígero Preboste, Lewis Cruikshank, Wlliams Robertson, Tomás y Jack Wright, Armígero Bailes, John Pratt, Armígero Decano del Guiad y James Simpson, Armígero Tesorero del Real Burgo de Banff.
Ese día Su Ilustrísimo y Noblísimo Señor Don José de San Martín, fue recibido y admitido como Ciudadano del Municipio y Cofrade de las Hermandades de este Burgo. Y este diploma acredita la posesión de todos los privilegios que corresponden a un Ciudadano y miembro de las Cofradías de Hermandades, a mérito de la Reverencia y la Estima de dichos magistrados.
Expedido por mi, Notario Público Autorizado, que aplico el sello del Burgo.
Geo R. Forbes”
Al día siguiente,San Martín se despedirá de su amigo. Nunca más volverán a verse.
Lord Fife lo distinguió con esta carta:
Tengo el placer de escribirle estas líneas para dar una expresión de amistad a Ud. antes de marchar deseando muy feliz viaje y un pronto regreso, asegurando que nadie desea tener el gusto de verle sano y bueno como su más apasionado y sincero amigo. James Duff
Ya de regreso, el 25 de agosto de 1824 el periódico Aberdeen Journal publicaba: “…El lunes y martes último no menos de 250 carrozas, calesas, calesitas han sido vistas pasar por la calle George Street …un hombre alto, de tez morena y atuendo de forastero formaba parte de ese contingente de turistas…” El mismo diario lo anunciaba en su columna de sociales… “El General San Martín ha estado en Duff House para visitar al Conde Fife…”
Acto en la ciudad de Banff
Cuando se cumplieron los 100 años del fallecimiento del Libertador en 1950, el Consejo de Banff invitó al embajador argentino en Gran Bretaña, Dr. Carlos Hogan a realizar una visita oficial a la Ciudad. La delegación partió de Londres, viajando por la noche en tren hasta llegar a Aberdeen. Luego los coches oficiales los trasladaron hasta la Ciudad de Banff. El embajador Hogan pasó revista a un pelotón Real del Regimiento de Artillería. Fue la primera vez que se realizaba esta ceremonia en Banff.
La Ciudad amaneció adornada con banderas argentinas y británicas y con sus 4.000 habitantes para recibir al embajador y su comitiva. “Esta Villa Real literalmente se volcó hoy en sus calles para dar una entusiasta recepción…”
A las 11,30 se dirigieron a la Sala de Recepción del Edificio Municipal donde tomaron el refrigerio. Posteriormente concurrieron al Hotel de Armas de Fife donde se sirvió el almuerzo. Durante su transcurso, se recibió un telegrama adhesión de la Sociedad de San Andrés de la Argentina.
Luego el Preboste de Banff dijo: “Excelencia, nos reunimos hoy a homenajear tan honorable acción, recordando con orgullo que en 1824, esta nuestra Villa, fue la primera en reconocer la grandeza del Libertador y en 1950 estamos igualmente dispuestos a unirnos a vosotros y a vuestro pueblo para rendir homenaje en su memoria. …Nos sentimos profundamente honrados con vuestra presencia y confiamos en que al dejarnos os lleve un recuerdo feliz de vuestra visita a Banff y es nuestro arduo deseo que el espíritu de concordia que hoy nos reúne aquí, siga con nosotros por mucho tiempo más…”
El Embajador Hogan expresó que ningún homenaje desde la Conferencia de Guayaquil
en 1822, había sido más grato al Libertador que el que le rindió el pueblo de Banff…Deseo tener el privilegio de poder revisar los archivos de la Casa Duff y encontrar allí lo que todavía no sabemos de la estadía de San Martín. Sras y Sres algún día, en
algún rincón de mi patria distante, perpetuaremos el nombre del Pueblo de Banff que ha honrado al Libertador. Cómo no podríamos hacer esto con Banff, que ha honrado al Libertador. Cómo no podríamos hacer esto con Banff que se anticipó a la verdad de la historia…”.
Luego se leyó un telegrama que enviaran de Buenos Aires, en el que se solicitaba al gobierno dispusiera que el pueblo de Banfield se reubautizara con el nombre de Banff.
Durante la ceremonia se recibió un mensaje de la Cruzada Ayuda Gaucha de Zárate asociado al homenaje a San Martín.
En esa oportunidad, el diplomático entregó una réplica del sable del Libertador, que hoy se exhibe en el museo local de Banff. Las autoridades locales le obsequiaron al Embajador una pala de plata.
Después del almuerzo, el Dr. Hogan, fue llevado al Castillo de Banff y frente al mismo plantó una araucaria. Hoy la planta luce unos seis metros de altura y debe soportar los importantes y fríos vientos del Mar del Norte. El gobierno argentino envió una donación de 100 libras esterlinas para ancianos pensionados de esa ciudad.
El Boletín de la B.B.C de Londres en español, anunciaba en la semana previa al acto, el homenaje a San Martín en la Ciudad de Banff:
“En el curso de la semana próxima se radiará un programa especial que habrá de referirse a esta histórica residencia (Duff House), pues SS.EE., el Embajador Argentino en Londres, señor Carlos Hogan y Sir John Balfour habrán de concurrir a la misma donde se realizará un acto recordatorio de la estadía del Libertador. Además, entre las otras ceremonias de la permanencia del Gral. San Martín en Escocia se plantará, en la ciudad de Banff, un árbol proveniente de la provincia de Mendoza. En el próximo Boletín complementaremos información sobre este programa”
Mi visita a Banff
Cuando salí de Buenos Aires no estaba tan segura de poder llegar a Banff. Es un lugar muy a trasmano. El turismo no va habitualmente. Pero yo sentía que debía vencer los temores y los obstáculos. Me separé del grupo de viajeros en la Ciudad de Edimburgo, capital de Escocia. Ellos seguían para Inverness. Tomé un tren hasta Aberdeen, luego un bus que me llevó por la ruta A 947 a Banff. Creo ser la primera vecina de Versalles en llegar a esta ciudad. Es imposible relatar la alegría que sentía cuando me acercaba a mi destino. Estuve en Duff House. Pensaba que estaba viendo lo mismo que San Martín vio cuando estuvo allí. Donde se reencontró con su amigo y donde lo condecoraron. Compré postales, libros y en uno de ellos, cual fue mi sorpresa?…estaba fotografiada la plaza de mi barrio y su epígrafe decía: “The Plaza City of Banff, En estos libros se recuerda la visita de nuestro prócer y la condecoración que le otorgó James Duff. Llovía, pero eso no importaba, saqué fotos. Mi tiempo fue escaso, pero muy sustancioso. Me prometí volver. Tomé un bus a Inverness para reunirme con mis compañeros de ruta. Me recibieron con un cerrado aplauso. Estaban ávidos por conocer mi recorrido sanmartiniano, pues se trataba de un episodio (muy poco conocido para ellos), de la vida del Libertador. Me pidieron que les cuente y a la mañana siguiente, camino a Glasgow, en el bus, con micrófono en mano empecé relatando todo con lujo de detalle, “…ayer cumplí un sueño, vivo en el Barrio de Versalles, la plaza se llama Ciudad de Banff…Ciudad que visité ayer…”
¡¡¡Yo, estaba muy feliz¡¡¡.
Susana Boragno
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Quisiera contactarme con la Lic. Susana Boragno, para comentarle como este articulo llegó a nuestra Embajada en Londres. Gracias. Cordiales saludos
Buenas Tardes, por favor si desean comunicarse con la Lic. Susana Boragno, llamarla al 4641 – 6592
Puede comunicarse a su dirección de mail: [email protected]
Susana que hermoso relato.Recien hoy 2016 lo leo y me emociona conocer esta parte de la vida de mi idolo. Que pena no incluir este aspecto tan importsnte en el saber de los argentinos. Te envio un saludo. Atte. Fabian Cuesta
Leí vuestros textos sobre la Plaza Ciudad de Banff.
Soy vecino del Versailles, vivo en Pje.Cochico
Por Favor Susana puede comentarme cúando se designa
dicha Plaza con ese nombre y quién lo resolvió
Muchas Gracias
Excelente tu trabajo Susana .Felicitaciones