Los Mojones de la Avenida General Paz

Recorriendo la colectora de la Avenida General Paz, en el límite con  Provincia, se pueden observar unos objetos de hierro fundido, instalados algunos en las veredas, en las esquinas o empotrados en la pared.  Son  mojones que tienen una gran importancia histórica, a pesar de  que ahora pasan inadvertidos o son observados con  cierta indiferencia.

Antecedentes históricos

La Nación Argentina, que carecía de capital, buscaba afanosamente concretarla  en Buenos Aires, que justamente era la capital histórica de la Provincia. Luego de la cruenta revolución de junio de 1880, logra su objetivo y el Gobierno Nacional deja de  sentirse “huésped” en la Capital Provincial. En 1887, después de trabajosas negociaciones,  la Provincia le cede  los Partidos de Flores y Belgrano. Será una de las condiciones indispensables de esta cesión, que la Nación construya a su costa un boulevard de cien metros de ancho cuando menos, en el mismo límite del  territorio cedido. En enero de 1888, los ingenieros Pablo Blot y Luis Silveira, nombrados por el Gobierno Nacional y por el Gobierno Provincial respectivamente, son los encargados para trazar la línea de deslinde en el territorio cedido.

El Presidente de la República Juárez Celman, el 6 febrero de 1888, aprueba el informe y plano adjunto remitido al Ministerio del Interior de la Nación por los mencionados ingenieros en cumplimiento de la ley N° 2089, Artículo 6,  del  20 de septiembre de 1887.

Por su parte el gobernador de la Provincia Máximo Paz, también aprueba el trazado proyectado por la comisión de ingenieros. Las autoridades de los Partidos de Flores y Belgrano “procederán a la entrega del territorio cedido en el modo y la forma que se lo indicarán las instrucciones que al efecto les serán remitidas por el Ministerio de Gobierno”. La toma de posesión de estos dos partidos se hizo por un decreto del 9 de febrero de 1888. Era por entonces  Intendente Municipal Dr. Antonio F. Crespo. Las actas se labraron el 11 y el 14 del mismo mes  con los  Intendentes  D.  Florencio Núñez por Belgrano y Enrique Quintana por Flores. Justamente, para delimitar ese boulevard se colocaron  mojones de hierro fundido.

Mojones

Mojón es una señal permanente para fijar linderos. La palabra deriva del hispano-latín

Mutulus, cabeza sobresaliente de una viga. Voz, quizás tomada del etrusco y probablemente con parentela en vasco: muturr, hocico, morro.

El amojonamiento es el acto de colocar hitos, mojones o cualquier señal que indique  los términos, límites o líneas divisorias del territorio. Deslinde y amojonamiento es uno a consecuencia del otro.

Los mojones tienen un papel fundamental como puntos fijos para las mensuras. Es desde donde se comienza a medir.

En 1824 se especificó que se debía utilizar para amojonar la piedra sillar, pero como este material era escaso en el país,  a partir de la segunda mitad del siglo XIX, se adoptó el hierro.

Mojones de la General Paz

La Avenida General Paz tiene una forma poligonal que está determinada por los mojones A, B, C, D, E que  se colocaron al comienzo del trazado y en los puntos de quiebre de la línea de circunvalación. El A es el punto de arranque, el más próximo al Río de la Plata, hoy enterrado 0,80 cm. en un predio que ocupa actualmente un club policial. El B estaba en el cruce con la Av. Republiquetas (Ex Tejar); el C está a la altura de la Av. F. Beiró; el D coincidió con el Km 16, calle Tonelero en sesgo con la Av. Díaz Vélez (lado provincia) y el E, se colocó en el Km 23, un  meandro del Riachuelo, antes de su rectificación.

Los restantes mojones se  ubicaron a la distancia de un kilómetro entre sí, sumando un total de 23. Cada mojón tiene una altura aproximada de 0,80  y un ancho de 32 cmts por lado. De una cara tienen la inscripción “Capital Federal” y del opuesto “Provincia de Buenos Aires”.  Un tercer lado indica el kilometraje y en el opuesto el número de mojón.

Por el centro del mojón pasa el límite exacto entre Provincia y Capital. La Avenida General Paz pertenece toda a Capital, la Provincia empieza en el borde externo de la Avenida.

Subsisten hoy dos mojones que tienen la rareza de estar empotrados en la pared. Como dato curioso se puede decir que el vecino duerme y vive en la provincia, pero cuando sale de su casa ya está pisando en territorio capitalino. Estos vecinos tienen domicilio en la Capital: “Av. G. Paz número tal…” pero votan y pagan sus impuestos en la provincia.

Cuando se colocaron estos mojones, todo era quintas, chacras, campos perdidos en la inmensidad de la pampa. En el deslinde con Vicente López se respetó la dirección de las suertes ya existente otorgadas por Juan de Garay. Lo mismo pasó en el último tramo en el Partido de la Matanza, donde estaban los campos de la familia de los  Ramos Mejía,  Chacra  “Los Tapiales”. En los tramos centrales se trazaron líneas que dividieron  las extensiones de tierra, en diagonal.

Del total  de 27 mojones colocados quedan tan sólo 10: algunos empotrados, otros más destacados y visibles, y algunos semienterrados, perdidos entre los yuyos.

Los restantes pueden estar bajo tierra como el A o desaparecidos. Algunos, victimas del robo volvieron a ser nuevamente hierro fundido.

Ayer, estos mojones, trazaron un nuevo camino, dividieron campos sembrados, arboledas y cercos. Fueron atravesados por carretas, diligencias y carros. Hoy,  son mudos testigos del intenso tránsito que circula por la colectora de la Avenida.

Es importante conocerlos y preservarlos como patrimonio, fundamentalmente, por su significativo valor histórico.

 

Susana Boragno

 

 

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