RECORDANDO A JORGE LUIS BORGES A 30 AÑOS DE SU AUSENCIA
Este año se cumplen 30 años de la desaparición física de un escritor que tanto nos representa y ha deleitado con su obra: Jorge Luis Borges. Frente a una hoja en blanco, qué expresar, qué decir que ya no se haya dicho. Como encararlo: desde la historia, de sus antepasados, de los lugares que habitualmente recorría, sus amigos, sus dichos, sus ocurrencias. Pensé que hechos me habían acercado a Borges. Hace unos veinte años hice la Caminata Borgeana visitando los lugares que estaban ligados a su vida. Cuando estuve en la Ciudad de Banff, Escocia, me enteré que en 1964 Borges había estado con María Ester Vazquez, un dato importante, la Plaza del Barrio de Versalles se llama Ciudad de Banff, lugar donde fue condecorado San Martín en 1824. En Milán, vi con grata sorpresa un pasacalle que anunciaba una conferencia de Borges. Otro tema que me une es el Arroyo Maldonado, tan del Barrio, aunque Borges describió al arroyo desde Palermo, Villa Crespo. Tuve la suerte de rescatar de la basura sus obras completa, no lo podía creer. Me sostiene estos escrito mi abundante archivo que formé en tantos años y que hoy valoro. Sentí mucho respeto por su persona, no fui lectoras de sus obras, pero me interesaron sus opiniones y sus ocurrencias.
Jorge Francisco Isidoro Borges, ese es su nombre completo. Nació el 24 de agosto de 1899 en la calle Tucumán 840, en una casa que daba a la calle una puerta cancel de madera labrada, ventanas con reja de hierro, zaguán, dos patios, aljibe. Allí había nacido en 1876, también su madre Leonor Acevedo. Pasaba muy cerca, un arroyo llamado Tercero del Medio, que desaguaba en la actual cortada Tres Sargentos. Había sido cegado por el primer Intendente de Buenos Aires, Torcuato de Alvear. La ciudad iba creciendo al ritmo de los tranvías a caballo acompañado por el mayoral, que al tiempo se reemplazaría por los eléctricos. Poco tiempo vivió en el Barrio de San Nicolás, sus padres se mudaron a Palermo, Serrano 2135, que le daría otros sustentos para sus escritos. Contaba con un arroyo cercano, el Maldonado, tranquilo pero impetuoso cuando las lluvias eran muy intensa. Así lo definíó, “…reseco y amarillo zanjón, estirándose sin destino desde la Chacarita y que por un milagro espantoso pasaba de la muerte de sed a las disparatadas extensiones de agua violenta, que arreaban el rancherío moribundo de las orillas…” y fue donde instaló sus cuchilleros. En 1914 su familia se trasladó a Ginebra justo cuando comienza Primera Guerra Mundial y como Suiza era un país neutral, le permitió a Borges estudiar. En 1919 a bordo del Barco Victoria Eugenia, la familia regresó al país. Borges lo hará dos años después.
La obra de Borges abarca la poesía, el ensayo y la prosa. Fue traducida a numerosas lenguas. Algunos lo consideraron irreverente, irónico y polémico, pero sus trabajos tienen estatura universal. La expresión borgeano implica la confusión entre el sueño y la realidad y la concepción de ésta como una estructura laberíntica. Se dice que el mundo borgiano se vuelve circular.
En 1938, Borges entró a trabajar como director de la Biblioteca Municipal Miguel Cané, en el Barrio de Boedo. En 1946, el gobierno peronista lo designó inspector avícola. A la caída del gobierno, su mamá le cuenta en una carta a su prima Esther Haedo, “…a Georgie le ofrecieron la Embajada Argentina en Washington, pero no aceptó,…, luego lo nombraron director de la Biblioteca Nacional”. Mientras transcurría su vida se iba consolidando su prestigio tanto en el país como en el exterior. Fue homenajeado en las principales universidades y viajó por el mundo dando conferencias en los más diversos ámbitos locales e internacionales. En 1979 recibió el Premio Cervantes compartido con el poeta español Gerardo Diego. España le otorgó la Gran Cruz de la Orden de Alfonso el Sabio y en Italia, Caballero de la orden del Mérito de la República.
Con Xul Solar fueron amigos y compartieron cierto delirio: el pintor y el escritor, dos dimensiones infinitas a la que buscaron aproximarse. Recordaba Borges: “Xul una vez me dijo que era un pintor realista, no lo real de este mundo, sino del otro…es decir que aquello de sus cuadros en los cuales se ven dioses, santos, figuras en estado de levitación, constituyen visiones suyas, que él pintaba tal cual. Xul ilustró los libros de Suarez Lynch, otro seudónimo de Borges y Bioy. Los artistas compartían la fascinación por los mecanismos idiomáticos, el juego con las posibilidades de la palabra, la explotación del pensamiento hasta sus últimas consecuencias. Xul le hizo la carta astral a Borges, porque creía en el poder de las estrellas y las divinidades. Se distanciaron por diferencias políticas.
Borges tenía mucha facilidad para memorizar los versos, que la ceguera le impedía escribir y leer. La falta de visión era una enfermedad heredada de su padre. Al final del prólogo de “La rosa profunda”, Borges se expresó:”La ceguera es una clausura pero también una liberación, una soledad propicia a las invenciones, una llave y un álgebra”. Supo lograr que sus cuentos se oyeran mientras se leían.
En Anchorena 1660, está la sede de la Fundación Jorge Luis Borges que dirige su viuda, María Kodama. Es en una casa vecina donde él vivió entre 1938 a 1943 y donde escribió “Las ruinas circulares”. Cuando el 17 de abril de 2011 lo visitó el escritor de prestigio mundial, Vargas Llosa, dejó este texto “… la muestra enriquece el conocimiento de uno de los escritores más originales y audaces de la literatura de nuestros tiempo…”.
A Borges se lo puede recordar también por su trabajo como guionista. El primero fue en “Suburbio”, un proyecto de Lucas Demare, nunca se concretó lo mismo que Pago Chico, una adaptación de la obra de Roberto J. Payró. Mejor suerte tuvo “Los orilleros” y “El paraíso de los creyentes” que escribió en colaboración de Bioy Casares.
El Gobierno de la Ciudad organizó visitas guiadas gratuitas en bus “Itinerario Jorge Luis Borges”. Se trató de redescubrir algunos de los lugares que estuvieron ligados a la vida de Borges y a la obra que escribió mientras vivió aquí. El recorrido de calles, plazas y barrios de Buenos Aires inmortalizan sus pasos y su pensamiento. Decía Borges: “las calles de Buenos Aires son mi entraña”.
Borges tiene en Ginebra una calle que lo recuerda, es un tramo de la rue de Mileant, en el barrio de Saint Jean. Lo mismo sucede en el barrio de Palermo. En agosto de 1996, cuando Borges hubiese cumplido 97 años, se les cambió con su nombre, a nueve cuadras de la calle Serrano que va desde la calle Honduras hasta la avenida Santa Fe.
Cuando en 1999 se cumplieron los 100 años del nacimiento de Borges, fue un maratón de homenajes en los más diversos lugares del mundo: Oslo (Noruega); Edimburgo (Escocia); Nueva York, Maryland, Pennsylvannia (E.E.U.U.) Aarhus (Dinamarca); Londres; Río de Janeiro; Manila (Filipinas); Guatemala; Berlín; Maccerata (Italia); Varsovia (Polonia); México D.F.; Warwick ( Inglaterra); Paris. Se realizaron exposiciones, conferencias y distintos reconocimientos para el célebre creador.
A los 20 años de su muerte, se homenajeó a Borges en la monumental Biblioteca de Alejandría, Egipto, inaugurada en el 2002. La exposición itinerante se llamó: “Borges, imágenes y manuscritos”. Fue organizado por la Asociación Borgesiana que preside Alejandro Vaccaro. La muestra despertó interés en la prensa local. Se exhibieron 80 manuscritos, textos de Macedonio Fernández, corregidos por el mismo Borges. Cartas de su madre, de Silvina Ocampo, de Bioy Casares, postales familiares, fotos de escenas familiares. El 14 de junio de 2006, en su discurso inaugural, en un perfecto español, la profesora del Departamento de Español de la Universidad Abeer Mohamed Hafez sintetizó: para nosotros Borges es un profeta de la literatura. Los personajes vacíos le pertenecen a Borges, aún más que sus palabras, cualquiera puede apropiarse de las palabras que usaba Borges, pero nadie puede apropiarse de los enigmas que planteó”. Acompañaron a la muestra, jornadas de escritura.
Decía Borges: “ he enseñado a mis estudiantes a que vean en la literatura una forma de felicidad”. La temática preferida fueron el tiempo y lo intemporal, la ambigüedad de la identidad, la paradoja y la naturaleza cíclica de la historia. La temática de los poemas era frecuentemente criolla. A partir de 1958 su escritura refleja una tendencia metafísica. Fue un gran estudioso del pensamiento oriental y occidental. Decía:
Cuando se cumplieron los 25 años de su muerte, se realizó un homenaje muy original en la Isla San Giorgio, Venecia, frente la Plaza San Marcos. Se inauguró un laberinto imaginado por el arquitecto británico, Randoll Coate, que ocupa un área de 2300m2 y está formado por 3250 plantas. Los laberintos eran una de las obsesiones borgianas.
Este abril de este año, en la Casa de las América en Madrid, se exhibieron más de 400 objetos personales: primeras ediciones, fotografías, publicaciones, correspondencia, grabaciones. Fue un recorrido biográfico que exploró todas las facetas del autor, como sus relaciones familiares y su vinculación con otros escritores como Julio Cortazar, Ramón Gomez de la Serna, Juan Carlos Onetti, Ernesto Sábato, la relación de su familia con el Presidente Sarmiento. La muestra se llamó “Infinito Borges”. El curador Carlos Perez destacó: “… cuando uno penetra en el universo borgiano, se van abriendo diferentes senderos que se bifurcan, creando nuevas posibilidades…la obra literaria es tan diversa y original que parece no terminar nunca. Borges es infinito y hay un infinito particular que lleva su nombre”.
Una buena forma de conocer a Borges es a través de sus amigos, quienes lo trataron y con quienes vivieron momentos, experiencias que algunas quedaron escritas en libros, en biografías, en las entrevistas.
Su inseparable y gran amigo Adolfo Bioy Casares, quien decía que Borges era la literatura viviente. Ellos se conocieron en la casa de Victoria Ocampo, cuando Borges tenía 32 y Bioy, 17. Fue una amistad que duró 55 años, a través de libros, cenas, desdichas, secretos, anécdotas, risas y caminatas. Fue una dupla literaria de las más celebradas en el siglo XX. A partir de ese encuentro decidieron escribir juntos y editaron una revista llamada Destiempo que duró poco. Empezaron a escribir bajo el seudónimo Honorio Bustos Domecq. El primer trabajo fue un folleto del yogur, que era para la famosa empresa láctea de la familia. Por entonces contaba con 350 negocios donde se vendían los productos La Martona, desde el vaso de leche a chocolates y la variedad de té que importaban. Cuenta Bioy, que un día su tío Miguel Casares le propuso que escribiera sobre el yogur, le iba a apagar 16 pesos, era bastante para la época. A Borges, le costaba mucho alejarse de Buenos Aires, pero accedió a ir al campo Rincón Viejo en el pueblo de Pando, con la intensión de escribir el folleto Le proveyeron una bibliografía muy completa con libros de Pasteur y otros autores. Recordaba Bioy “… al lado de una chimenea y tomando tazas de cacao una tras otra, escribimos el folleto de yogur…lo hicimos en un tono pomposo”. Les resultó un trabajo divertido. Siguieron escribiendo juntos cuentos antologías y prólogos. En la práctica, se sentaban juntos, Bioy se arrimaba a la máquina y empezaban a redactar entre los dos. A veces en voz alta uno le podía decir al otro que su idea era una tontería, y de ahí surgían algunas carcajadas, “Nuestros escritos lo firmábamos Bustos Domecq …ese personaje nos imponía su estética, …nos hacía escribir cuentos, crónicas…cuyo dictado debíamos obedecer…este personaje existía sólo cuando estábamos juntos…empezamos a escribir de un modo que no se parecía ni a Bioy ni a Borges”. Después se separaron, pero siguieron caminando juntos por la vida, pero cada uno con su literatura. La amistad de ambos se tornó en leyenda. Fue un encuentro prolífico entre dos seres vinculados a una misma pasión: la escritura. Borges le aconsejó: si querés ser escritor, no seas abogado, ni profesor , ni periodista, ni director de revistas literarias, ni editor. Compartieron anécdotas, y confidencias, trabajo y diversión, fue una camaradería de unos jóvenes que envejecieron juntos que los separó la muerte de su amigo.
Borges tuvo una oportunidad de expresar en público lo que sentía por su gran amigo y admirado escritor, Bioy. Fue un 13 de junio de 1975 en la Sociedad Argentina de Escritores, (SADE) cuando se le concedió a Bioy Casares el Gran Premio de Honor. Esa noche mientras él viajaba por Europa, Borges habló de libros y de la amistad de ese personaje curioso Bustos Domecq o Suarez Lynch . “ Bioy me ha enseñado mucho…por medio del ejemplo, cortéstemente, disimulando. Yo tiendo al énfasis, a lo sentencioso,, a cifrar todo una sentencia, en una palabra. Él me ha enseñado que más eficaz es diluir un poco las cosas, que el escritor más eficaz es aquel que no parece serlo, aquel que incluso puede parecer un poco torpe…El oficio de escritor, es un oficio continuo, ya que no tiene entreactos, ya que estamos pensando en la palabra justa, soñando personajes imaginarios. Vivimos en un oficio que no tiene horario. El horario es la vida del escritor. Y Bioy Casares se ha dedicado a ese oficio plenamente…quiero decir que ha escrito, que ha roto, que ha corregido y que…ha publicado. Sé que Bioy ejerce o es arrebatado por esa pasión argentina que es la amistad. Conmigo ha sido de una nobleza ejemplar, me ha ayudado muchísimas veces, en general sin decírmelo de un modo indirecto…”
Alberto Mosquera Montaña recordaba su primer encuentro con Borges. Sucedió en la Librería la Ciudad en Maipú al 900 y en esa oportunidad le contó su amistad con Evaristo Carriego, que se prolongaba en charlas en el Jardín Botánico, en el silencio de las arboledas, coincidían sus sueños y se identificaban parecidas existencias. Ambos eran vecinos en Palermo. En las habituales caminatas que hacía Borges con Mosquera, hablaban de Hilario Ascasubi, de Macedonio Fernández. Sentía amor por Buenos Aires y se conmovía cuando hombres y mujeres se acercaban para felicitarlo o extenderles su mano y con su sonrisa habitual les agradecía. Lo recordaba a su amigo y compañero, silbando los tangos de Arolas, de Greco o de Saborido. Le contó que estando en el Aeropuerto de Barajas, un grupo de periodistas españoles le preguntaron: “Señor Borges ¿que opina del moreno Gardel? Borges le respondió: Moreno no, morocho, no me lo oscurezca tanto. Mosquera recordaba sus inolvidables milongas Jacinto Chiclana y Milonga de Albornoz y una vez, Edmundo Rivero se acercó con su guitarra y le dijo: disculpe, maestro…pero como no… y Rivero le cantó la milonga Jacinto Chiclana.
Ulises Petit de Murat fue muy amigo de Georgie y lo relata en un libro titulado “Borges, Buenos Aires”. Siendo muy jóvenes, tuvo el privilegio de acompañarlo en sus caminatas por la ciudad que exploraban juntos: el puerto, el Barrio de Barracas, la confitería La Paloma, cercana al arroyo Maldonado, el café Los Inmortales, la Peña del Café Tortoni donde se encontraba con Xul Solar, con Raúl González Tuñon, etc. Petit de Murat recordaba que Borges compuso un tango “Biaba con caldo”.
Hacia mediados de 1933 Ulises le presentó a Natalio Botana, por entonces, dueño del diario más popular del país, a Borges. En ese encuentro Botana les propuso a los dos amigos para que dirigieran en suplemento del diario que saldría los sábados. Borges aceptó de inmediato, su sueldo fue de 300 pesos. Se llamó La Revista Multicolor de los Sábados y contaba con ocho páginas. Salieron 62 números. Botana le pidió a Borges que escribiera cosas de alto impacto, que inventara si hacía falta. La receta de Botana era un veinte por ciento de verdad para dar base a la nota era suficiente y un ochenta de ficción, y que no se distinga bien entre una y otra. Borges acepta la fórmula que será una marca registrada y que adoptará después en su literatura. Tuvo mucho que ver con ese nuevo Borges. Contaba Ulises: Georgie elegía los temas, contribuía con sus propios textos…la Revista combinaba temas eruditos con temas populares y hasta sensacionalistas, …jazz, boxeo, premoniciones, piratas estafadores, gitanos, leprosos, orgías romanas, todo eso entre comic, cuentos policiales….El diseño incluía grandes titulares, magníficas ilustraciones en color… los restantes colaboradores muchas veces decidían los títulos…se notaba la mano de Borges y fue una experiencia transformadora para él…la revista resultó una publicación original…, también fue el empujón que necesitaba Borges para lanzarse a escribir sus mejores textos y Botana tuvo mucho que ver con esa transformación. Ese mundo que compartió Borges era diferente al mundo de La Nación, de Sur y del círculo de amigos que despreciaban a Crítica y no entendían que hacía Borges ahí.
Contaba Ulises que su papá hablaba mucho con Giorgie de la temática orillera. Le dedicó una milonga, “Don Benito Candidato”, por Benito Villanueva. Y decía que la casa de su amigo en Palermo tenía molino. Sus vecinos estaban obligados a comprar agua a los aguateros, el vecindario era muy pobre en los recuerdos de Giorgie. El literato iba a cumplir el destino que su padre no pudo alcanzar, escribir y publicar. En Palermo, donde vivió su niñez, inmortalizó la Fundación Mitológica de Buenos Aires en la manzana delimitada por Guatemala, Serrano, Paraguay y Gurruchaga. El polo poético de Buenos Aires, mientras viva la memoria de Borges, tendrá ese enclave. …A mi se me hace cuento que empezó Buenos Aires: la juzgo tan eterna como el agua y el aire.
Cuenta Ulises que Borges vio bailar en Palermo, Chacarita y Boedo, el tango esquinero, en el que floreaban sus cortes de malevitos de antaño y decía que el tango y la milonga expresaban directamente algo que los poetas, muchas veces, han querido decir con palabras. Afirmaba que a Giorgie le gustaba más el tango antiguo…tal vez la misión del tango sea ésa: dar a los argentinos la certidumbre de haber sido valientes, de haber cumplido ya con las exigencias del valor y del honor. Lógicamente, una música que ha llegado a ser el folklore de una ciudad: mejor todavía a darle folklore a la ciudad de Buenos Aires….diríase que sin atardeceres y noches de Buenos Aires no puede hacerse un tango…
Su hermana Norah, cuando ya contaba con 95 años, decía que ella estuvo condenada a ser la hermana de … Lo recordaba subiendo a los tranvías, se ponía a pensar poemas y epitafios, a veces se pasaba y le decía al guarda que le diera otra vuelta y el guarda se enojaba…mi hermano era muy inteligente en los grandes temas, pero en los pequeños detalles de la vida no sabía ni quien era, ni donde había nacido , … no tenía tiempo de ser malo, leía todo el día.. Recordó que por cantar el Himno Nacional en la calle Florida como protesta, porque Perón quería cambiar la Constitución Nacional, la llevaron presa. A la mamá, por la edad, le concedieron prisión domiciliaria y a ella la llevaron a la cárcel del Buen Pastor.
Su mucama Fanny decía que Borges era muy reservado…No era una persona divertida…pero si alegre, siempre encontraba el lado humorístico a todas las cosas.
Alberto Manguel, actual director de la Biblioteca Nacional, cuenta que a los 16 años Borges le propuso que vaya a leerle a su casa. Y recuerda que las lecturas eran siempre esclarecedoras y originales,…iluminaban un texto haciendo relucir rincones ocultos y sus comentarios eran novedosos, no porque Borges fuera el primero en pronunciarlas, sino porque era el primero en señalar que tales posibles lecturas existían.
Bioy recibió la muerte de Borges como una pesadilla. Lo había llamado de Europa dos días antes para despedirse… “yo no comprendí del todo ese llamado mientras hablaba con él, al final de la charlas estaba conmovido, pero de todos modos, me sorprendió la noticia de su muerte. La vida sin Borges es para mi mucho más pobre…soy una persona afortunada por haberlo visto todas las noches de todos los años desde 1932…siempre venía a cenar. Solíamos contarnos la historia que habíamos inventado…yo le contaba las mías y si esa historia era para Bustos Domecq,
Borges decía…bueno vamos a escribir ahora. A él le gustaba mucho trabajar… Iba camino a la Biela y una persona me detuvo y me contó la triste noticia. Ha fallecido Borges… quedé con una sensación de irrealidad completa. Caminé hasta Callao, doblé en la Avenida Quintana sin saber que estaba haciendo. Y tuve que resignarme a seguir viviendo en un mundo en el cual no estaba Borges…No hubo más esas noches tan agradables de largas conversaciones sobre literatura, esa amistad cotidiana de verse todos los días, de comentarnos nuestras realidades…”.
Una lápida para la tumba del gran escritor en Ginebra.
Su tumba está a la sombra de un ciprés en el cementerio ginebrino de Plainpalais, también llamado de los Reyes, una morada de los suizos con estirpe. Está en la Rue des Rois N° 10. La sepultura lleva el número 735 en el sector D 6. Se encuentran personalidades como Juan Calviño, teólogo francés, llamado el papa de Ginebra, continuador de la reforma protestante de Lucero, con quien se dice que Borges intercambió espiritualmente pensamientos invisibles. Cerca está la tumba del músico Alberto Ginastera.
María Kodama fue quien diseñó la lápida. El encargado de realizarla fue el escultor argentino Eduardo Longato que usó piedra de talamina, granito grisáceo, originario de la provincia de Córdoba, de la familia del mármol
Está poblada de símbolos borgianos. Es un reflejo de esa pasión literaria que los unía. Sus textos están en inglés y escandinavo antiguo, en cuya literatura Borges encontró relatos y poemas épicos que había buscado desde su juventud. Martín Hadis, escritor e investigador, descifró la lápida. En el frente tiene grabado el nombre Jorge Luis Borges. Debajo tiene un medallón vikingo con la figura de siete guerreros, réplica de la “piedra de Lindisfarne” procedente de una isla en la costa de Northumberland, que hoy se llama “Holy Island”, al norte de Escocia.
Conmemora la invasión vikinga a la isla y es un monumento anglosajón del siglo IX. Debajo aparece la frase “ and ne forthedon na”. Significa…Y “que no temieran”, pertenece al poema anglosajón “La batalla de Maldon” que relata un enfrentamiento de los ingleses contra los vikingos, poema preferido de Borges, que hace alusión al coraje y se refiere también a sus dos linajes familiares, el paterno de origen inglés y el materno de militares criollos. “Para Borges el heroísmo estaba fuera del espacio y del tiempo, vikingos del siglo X y compadritos del viejo Buenos Aires se fusionaban en un solo sueño eterno…el recuerdo imposible de haber muerto peleando, ya sea en una batalla medieval, ya sea en una esquina del suburbio”. La lápida que mide 1,20, concluía con las fechas 1899-1986. Acompaña al monumento una réplica de la cruz celta. Está inspirada en la cruz de Gosforth, una talla de piedra de 4,50 que se encuentra en la localidad homónima realizada en el siglo X con la conversión de los vikingos al cristianismo. En el reverso de la lápida tiene la inscripción “Hann tekr sverthit Gram ok Leggar i Methal Theira Bert”: en escandinavo antiguo significa: “El toma la espada de Gram y la coloca entre ellos desvainada”. Pertenece a la Völsunga Saga” un relato de aventura escrito en Islandia en el siglo XIII en el que había un vínculo amoroso entre Sighurd y Brynhild. Al colocar la espada entre ambos simboliza que se celebra el matrimonio. Y en la parte inferior De Ulrico a Javier Otárola. Esta frase es también el epígrafe de su cuento “Ulrico” un regalo para María Kodama. Cuenta Kodama que en la intimidad con Borges se llamaban con estos nombres.
Decia Borges:
-Caramba, que curioso, hay gente que colecciona mis libros, que irresponsables…
-Alguien le dijo que raro que no utilizase bastón blanco… ¿para qué, de todas formas yo no distingo los colores”
– Le preguntaron ¿en su país todavía hay caníbales?…Ya no, nos lo comimos a todos.
-El historiador Toynbee dijo que el escritor que mas admiraba en el mundo era Borges….que culpa tengo yo que el tenga tan mal gusto.
“Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos, porque, con el tiempo, uno termina pareciéndose a ellos”.
En este año se están realizando homenajes en numerosas ciudades.
Qué bueno es este reconocimiento mundial, que probablemente no lo recibió durante su vida, muchos lo criticaron, quizás no lo entendieron, pero ahora Borges nos representa a todos.
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Soneto conjetural
Soy el Borges con ojos que extravía
miradas que parecen, no ven nada.
Soy el Borges que empieza su jornada
sin un amanecer, igual el día
que sus noches. Ser Borges: ya sabía
como nadie –ni aun mi propia almohada
quela luz y el color en descarnada
conjura de una cruel extranjería
me apartaban de todo. Casi todo
pues tengo las palabras, pensamientos,
y alborozo de andar como a mi modo
tanteando en laberintos, soy un ciego,
mientras digo verdades cuando miento
y a la vez así afirmo lo que niego.
Soy el Borges, al fin, que diseñaron
quienes suelen leerme y no me amaron.
Incluído en el libro 30BORGES30 de mi autoría, editado por VINCIGUERRA en diciembre de 2016. (Edición de homenaje con treinta sonetos inspirados en la estatua de Borges emplazada en Plaza Urquiza,l de San Miguel de Tucuman, inaugurada hace años por María Kodama.